¿Cómo te imaginarías a una persona si te la describieran como: cónsul, emperador, genio militar, conquistador, estratega, visionario, aventurero, tenaz, amante de las matemáticas y culto?

 ¿Y si a eso le agregamos: huraño, rebelde, impulsivo, ambicioso, temperamental y de carácter indómito?

La vida de éste personaje es muestra de todo lo que se puede alcanzar con voluntad y estrategia; pero también de todo lo que se puede perder por ambición.

¿Qué harías si tuvieras que recorrer cierta distancia y no existieran los autos? Ni los camiones, aviones, motos, barcos, trenes…

¿Y si tuvieras que comunicar una noticia urgente y no hubiera teléfono? Ni internet, ni computadoras…

Es más… ¿qué harías si en tu casa no hubiera luz? ¿Qué harías para poder llevar a cabo todas tus actividades diarias?

Bueno… hace algunos años, las personas como yo nos enfrentamos a ese mismo dilema, pero optamos por no quedarnos cruzadas de brazos y tomamos al toro por los cuernos inventando todo aquello que nos hiciera falta. Mi máquina, por ejemplo, resultó fundamental para el desarrollo de toda una nueva era.

En un periodo relativamente corto de la historia, muchas personas crearon y desarrollaron inventos que marcaron el inicio de una nueva forma de vida; cambiaron las condiciones de trabajo, la economía, las clases sociales, las ciudades, el campo… bueno, todo.

Pero ¿dónde comenzó? ¿qué dio inicio a estos enormes cambios?  ¿qué consecuencias, buenas y malas, trajo todo ese desarrollo? Yo, James Watt, te mostraré todo acerca de la “Era de las Máquinas”.

Aceptémoslo, a nadie le encanta estar recibiendo órdenes e indicaciones de cómo hacer las cosas; especialmente si quien nos dice cómo hacerlas ni siquiera nos conoce, y peor aún si además de todo, llegó sin invitación y se adueño de absolutamente todo a su paso.

Por eso, no es de extrañar que todos los países latinoamericanos que habían sido conquistados por países europeos decidieran aprovechar un momento de debilidad de su parte para luchar por su libertad y recuperar su independencia.

Tampoco decimos que haya sido fácil y rápido, pero en ese momento de la historia muchas puertas se abrieron y los países latinoamericanos pudieron dar el primer paso para librarse de sus conquistadores.